InfoPyME # 96 “Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo”


A todos nuestros lectores les deseamos un prospero año 2012, que todos sus planes se hagan realidad y tengan en sus familias amor, paz y felicidad.

Agradecemos todos sus comentarios positivos que recibimos como respuesta a nuestro anterior envío. 


“Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo”


Autor: Mauricio Rodríguez Martínez
Director Lajapyme.


Un informe de Dario Jinchuk de la Comisión Nacional de Energía Atómica de Argentina inicia con la siguiente reflexión:

“Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo” dijo Arquímedes en el siglo II a.C.  Pero el pensador olvidó mencionar que para hacerlo necesitaba energía. La energía de sus brazos sobre la barra.  En todas o casi todas las actividades diarias encontramos la necesidad de energía. Desde las que lleva a cabo un ser humano, como caminar, comer, hablar, hasta el funcionamiento de una fábrica o el lanzamiento de un cohete al espacio.  Energía es casi un sinónimo  de movimiento, de vida y, más aún,  de calidad de vida. Fin de la cita.
Interesante ¿Pero a que barra o palanca y a que punto de apoyo se refieren estos hombres si pensamos en nuestra vida y en nuestras aspiraciones como personas?

Una forma interesante de verlo es pensar en nuestros talentos como las palancas que nos permitirán mover el mundo.

Pienso con frecuencia que nadie es bueno para todo, pero que todos somos buenos para algo.  O,  ¿tú crees lo contrario? Buscar la complementariedad es uno de los grandes principios para el trabajo en equipo de alto desempeño y debemos cuidarnos de aquellos que no valoran las diferencias pues su participación busca imponer más que construir.

Aquello para lo que eres bueno y que normalmente te gusta hacer, es una aplicación de tu talento. Sería difícil pensar que el talento que Dios nos ha regalado, no nos guste y que ha pesar de ser muy buenos para hacer algo, no lo disfrutemos. Algo estaría mal ¿No crees? Dios no juega a los dados dijo Einstein.

Pero al talento lo tenemos que desarrollar con nuestro esfuerzo y dedicación. 
No basta ser buenos para algo. Si realmente queremos ser excelentes en algo, debemos practicarlo de manera deliberada, aquella practica que hace al maestro. Así nuestro talento se desarrollara y realmente podremos mover el mundo.

Es aquí donde entra el punto de apoyo. Una palanca sin su punto de apoyo no sirve de nada, igual que un talento que no se desarrolla a través de la practica y que no pasa de ser algo que podemos hacer relativamente bien, pero no lo suficiente para destacar en ello.

Cuando niños tenemos que sujetarnos a un programa de estudios que no toma en cuenta nuestros talentos, sino que es igual para todos. Al llegar el momento de seleccionar una carrera, después de tantos años de estudio de temas que no son de nuestro agrado, tal vez tenemos tantas capas de indiferencia que fácilmente perdemos la brújula, y terminamos estudiando o dedicándonos a algo que no nos gusta, ni hacemos bien. 

Obviamente estoy de acuerdo en que todos tenemos que estudiar para aprender a leer, a escribir y otras materias elementales para la vida como las matemáticas. Pero quien no sufrió a lo largo de su vida estudiantil estudiando cosas que aborrecía y que realmente no le sirven para nada. 

Muchos dicen que es por Cultura general. Yo quisiera ver a cualquier alto político, científico, artista o empresario, respondiendo un examen de secundaria o preparatoria en química o física o algebra. 

Sin embargo si no podemos cambiar los programas de estudio o la forma como se educa en nuestro país, al menos debemos cuidar que nuestros hijos descubran a temprana edad sus talentos y los apoyemos en su desarrollo.
Ahora bien, nosotros que ya sobrevivimos la escuela, y estamos en plena vida productiva, debemos dedicarnos a algo que nos guste y desarrollar nuestros talentos y fortalezas, practicando y enfocando nuestro esfuerzo en ellos y evitar a toda costa aquello que no nos gusta y para lo que no somos buenos.

¿Disfrutas tu trabajo? ¿Haces lo que te gusta?

Si tu respuesta es no, considera que el precio que estas pagando por hacer algo que detestas es muy elevado. La felicidad misma. Estoy convencido que para ser feliz no alcanzan los fines de semana, ni las vacaciones, tenemos que ser felices todos los días.

La palanca para tu felicidad y prosperidad es tu talento especial, el regalo de Dios para cada uno de nosotros, mientras que el punto de apoyo te lo da tu quehacer diario que te permite desarrollarlo y explotarlo para realmente mover el mundo.

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